"Hoy se vuelve nada lo que sientes, sabes bien que las palabras mienten; nunca digas siempre."

viernes, 31 de agosto de 2012

"Ilusiones rotas de recuerdos" Capítulo 2


CAPÍTULO 2




La vida no siempre es como creemos. A veces puede tratarte bien, y otras veces puede tratarte mal. Pero ni todo es tan malo como parece, ni todo es tan bueno como nos hacen creer de pequeños. Las decepciones, los engaños, los problemas... Todo se convierte en dolor al fin y al cabo. Las alegrías nos hacen ver la vida de otra manera, con otros ojos. Nos hacen creer que por muy cabrona que se haya comportado contigo la vida, siempre tiene una segunda oportunidad. Pero el dolor nos hace ver la vida de color negro. Nos hace sentirnos vulnerables, y muertos por dentro. Todo depende de cómo te haya tratado la vida, o de cómo te vaya a tratar, así la tratarás tú a ella.



Sus ojos tardan en acostumbrarse a la luz que entra por la ventana. Sigue tumbada en la cama, no tiene pensado levantarse. Se frota los ojos y dirige su mirada hacia el motivo de su despertar. La persiana de la ventana ha vuelto a abrirse. Gruñe por lo bajo y se da la vuelta en el colchón, no quiere levantarse. Su pelo suelto tapa la mitad de su rostro, y el ojo izquierdo. Sabe que su cabello está hecho un desastre al haber dodmido, pero eso a Malena no le importa lo más mínimo. Un suspiro de su boca, y vuelve a cerrar los ojos.



(En otro lado de la ciudad, unas horas antes)


Se sienta en el frío suelo de la cocina, parece que su vida acaba de desplomarse. Aprieta fuerte sus manos y las convierte en un puño. Cierra sus ojos color miel, ahora reflejan odio en su mirada, y el color miel se convierte en marrón tras el escozor de las lágrimas. Siente como una tonelada de ladrillos le golpea. Fuerte, rápido, y entonces un grito sale de su boca. Lágrimas salen de sus ojos, rozando sus rojizas mejillas. Abre los ojos, otro grito, ahora más fuerte y desgarrador.


—No te tenías que haber ido —vuelve a cerrar sus ojos, las lágrimas hacen que no vea con claridad. Coloca su cabeza en la pared, flexiona las piernas y apoya sus manos en sus rodillas —Perdóname, yo no quise que esto acabara así...


Recuerdos borrosos le vienen a la mente. Quiere dejar de pensar en ello, pero no tiene fuerzas. Su corazón palpita más rápido de lo normal, un escozor le hace gritar de nuevo. “—¿Se puede saber qué te pasa, Justin? —¿Me quieres dejar en paz? —No me hables así. Soy tu padre. —¡No me vengas ahora con esa mierda! Nos abandonaste. Te fuiste y dejaste a tu familia de lado. Has estado cinco putos años sin pisar esta casa, sin hablar con mamá... ¿Quieres que te trate como a un padre? Tú dejaste de formar parte de mi vida cuando cruzaste esa puerta. —¡Ni se te ocurra volver a decir eso! ¡Soy tu padre, te guste o no! —Para mí no eres nadie.” Sus últimas palabras fueran esas. Ni un adiós, ni un te quiero, ni siquiera un hasta pronto. Siente tanto dolor dentro que piensa que va a morir ahí mismo. Jeremy, su padre. Las últimas palabras que escuchó de su boca fueron esas. Las últimas palabras que escuchó de su hijo antes de su accidente, y antes de su muerte. Justin se odia a si mismo por haber dicho todo eso. Se dejó llevar, tenía tanto dolor dentro. Hacía tantos años que no le veía. Las palabras le salieron solas, parecían cuchillos clavados dentro de él. Ahora se arrepiente de cada palabra.


—Me dijiste que ibas a estar siempre a mi lado, joder —su voz suena más ronca debido al cúmulo de lágrimas. Respira con esfuerzo —¿Tanto cuesta cumplir una puta promesa? ¿Tanto cuesta...?


No quiere seguir tirado en el suelo. Intenta incorporarse poco a poco, aunque su vista es borrosa. Sus ojos brillan como nunca lo han hecho hasta ahora. Consigue levantarse y camina, sin rumbo. Nuevas lágrimas resbalan por sus mejillas hasta caer en su brazo. No recuerda haber llorado de esta manera en su vida. Tampoco recuerda haberse sentido tan mal, ni recuerda haber echado tanto de menos a alguien. Sus manos temblorosas se apoyan en el mármol de la cocina, se siente débil. Suena un pitido en el bolsillo de su pantalón. Sin ninguna expresión en su rostro mete la mano, saca su móvil y observa la pantalla.


Dime que estás bien. Llámame, contesta mis mensajes, vuelve a casa. Me estás haciendo sufrir, Justin.” Es el número de su madre, Pattie. Recuerda entonces que al enterarse del accidente de su padre salió corriendo de casa. Escuchó los gritos desesperados de su madre, pero no le importó. Tenía que desaparecer de ahí, de donde habló por última vez con su padre. Salió corriendo sin saber hacia dónde iba. Al cabo de horas caminando encontró una antigua casa, y entró sin pensárselo dos veces. Seguía estando ahí desde entonces.


—No puedo mamá... —un sollozo al acabar de decir la última palabra. Le viene a la cabeza el recuerdo de ella, y de sus hermanos pequeños. Un ligero punchazo en el pecho, y más lágrimas vuelven a salir —Ahora no puedo volver a casa. No puedo recordarle... Perdóname.



(En la otra casa, a las afueras de la ciudad)


Contempla la pequeña y vieja casa desde fuera, no entiende como ella puede vivir en un lugar así. Los colores están apagados, las persianas tienen más de dos arañazos, y el aspecto de la casa al exterior no te hace pensar en un hogar. Resopla, coloca las llaves en la cerradura y abre la puerta. Silencio, aunque está acostumbrado. Se remueve el cabello y se dirige hacia el final del pasillo, la habitación de la derecha. No toca la puerta, sabe que está abierta. Avanza decidido y la ve tumbada en la cama, con el cabello alborotado, la ropa arrugada, y los ojos cerrados. Al verla así en la cama, de repente nota una sensación de calor por el cuerpo. Se sienta a un lado, y siente ganas de besarla. Contempla sus labios. No sabe el por qué, pero Malena consigue siempre excitarle.


—Eres irresistible —susurra mientras se acerca a ella. No lo piensa, junta sus labios con los de Malena. Ella abre los ojos, entre asustada y dormida, y lo quita de encima. Sus labios saben con un ligero sabor a alcohol. Ha estado bebiendo.
—¿Qué haces Ryan? —su voz suena enfadada. Él se ríe, ha conseguido despertarla. Vuelve la vista hacia los labios de Malena y muerde su labio inferior.
—Es que por las mañanas estás tremendamente apetecible —una media sonrisa por parte de él, se vuelve a acercar a ella —Déjame hacer entretenida la mañana.

1 comentario:

  1. Bueno, aquí estoy.
    Me ha gustado mucho este capítulo, por fin sale el segundo protagonista (?). Tengo mucha curiosidad por lo que pasa, aunque más o menos me lo imagino.
    Me he perdido un poco cuando leía, no sabía quién era quién ni nada, pero luego me encontraba y decía "ah, yayayaya" como si fuera idiota xD.
    Sigo diciendo que esto tiene muy buena pinta.
    El tal Ryan no me ha caído ni un pelo de bien, eh. Pero nada. A ver qué pasa.
    No te tardes mucho en subir eh, c:

    Por cierto, la canción del capítulo es la misma que le da nombre a éste. Todos los capítulos serán así. La letra que venga en medio de ellos, se llama igual que el capítulo.
    Me alegra saber que escuchas a MCR gracias a mí, me hace sentir importante (?) jajaja.

    Sí, avísame cuando subas c:
    Un beso.

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